Con una fuerte reducción del ingreso de dólares proyectado para los próximos meses, el actual stock de reservas netas del Banco Central inferior a los U$S 6.000 millones luce escaso frente a la demanda de divisas prevista para afrontar pagos de deuda, consumos con tarjeta en el exterior y la regularización de una abultada deuda comercial con importadores

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Un factor imprevisto amenaza con agudizar la escasez de dólares en Argentina . La sequía y las heladas tardías que afectan a las zonas agrícolas más productivas del país vienen derrumbando las proyecciones de la cosecha de trigo y cebada, los dos cultivos que ofician de puente hasta la llegada de la temporada alta de la soja a partir de marzo.

Con exportaciones de trigo que se reducirían en unos U$S 1.500 millones con respecto a la campaña anterior, la menor oferta de divisas suma más tensión al mercado de cambios.

“La oferta de dólares será escasa en los próximos meses. Además de que la cosecha de trigo será menor, ya hubo un adelanto en septiembre de la soja que iba a liquidarse en el último trimestre del año. Con eso, la oferta en el mercado cambiario entre octubre y marzo será unos U$S 5.000 millones inferior a la del mismo período del año pasado. Es un panorama complicado porque esas divisas no parece que puedan ser suplidas por el resto de las exportaciones”, dijo a El País el economista Jorge Neyro , en Buenos Aires.

Tras la acumulación de unos U$S 5.100 millones a las reservas del Banco Central en septiembre por el incentivo extraordinario otorgado durante ese mes a los productores sojeros –tuvieron la opción de liquidar los granos que mantenían retenidos en silobolsas a un precio de 200 pesos por dólar en lugar de los 150 pesos a los que cotizaba el tipo de cambio oficial-, el gobierno diseñó un plan con restricciones a la demanda para defender esos dólares recolectados.

En esa línea, el ministro de Economía, Sergio Massa , lanzó a mediados de octubre un nuevo sistema de autorización de importaciones que, en la práctica, trabó aún más las operaciones de comercio exterior.

Massa apunta a evitar una devaluación abrupta del peso en el verano, un período en el que estacionalmente escasea la oferta de dólares en Argentina. Además, el gobierno habilitó un canal alternativo para que las empresas que cuenten con dólares propios puedan utilizarlos para el pago de algunas compras puntuales al exterior, lo que libera al Banco Central de tener que venderles esas divisas.

Con esas restricciones a la demanda, a las que se sumó un tipo de cambio más alto para desalentar los gastos con tarjeta en el exterior, Massa apunta a evitar una devaluación abrupta del peso en el verano , un período en el que estacionalmente escasea la oferta de dólares en Argentina.

Sin embargo, ese plan sufre el imprevisto del clima. Según la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías, a fines de octubre había 140 millones de hectáreas afectadas, de las cuales más de siete millones sufrían una sequía severa en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos.

La falta de precipitaciones y las heladas ocurridas en octubre vienen recortando las proyecciones de la cosecha. De acuerdo a las últimas estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, la producción de trigo pasaría de 23 millones de toneladas recolectadas en la campaña pasada a 11,8 millones en la actual, lo que representa una caída cercana al 50%.

Banco Central de Argentina. Foto: AFP. De confirmarse esos números, sería la peor cosecha de trigo de los últimos siete años.

“Este es el tercer año de La Niña y la sequía, sumada a las heladas tardías, conforma un combo complicado para la cosecha fina. La siembra de trigo está lista, pero el 70% está en muy malas condiciones. Estimamos que solo en diciembre el impacto en el ingreso por exportaciones será de alrededor de U$S 1.000 millones. El golpe será muy fuerte para un Banco Central que no tiene espaldas”, señaló en diálogo con El País Natacha Izquierdo , economista de la consultora Abeceb, en Buenos Aires.

MÁS CEPO A LA VISTA. La disminución de la cosecha de trigo no es el único factor que conspirará contra la oferta de divisas en Argentina en los próximos meses.

La ausencia de humedad en los suelos también está retrasando la siembra de maíz y soja, lo que implica una caída en el potencial de rinde de los dos principales cultivos del país.

En noviembre, el Banco Central registró ventas netas por U$S 763 millones para evitar mayor devaluación del peso. En la zona núcleo agrícola -la región más productiva-, solo se sembró el 24% del área proyectada de soja de primera, muy por debajo de un año atrás cuando ya se había implantado el 80%.

Ese retraso en la siembra -el más pronunciado de los últimos 12 años- amenaza con postergar hasta junio el comienzo de la temporada alta de liquidación de dólares, que tradicionalmente comienza en marzo.

falta de reservas en el banco central  “Un nuevo conejo de la galera” “Habrá una sintonía fina para defender las reservas y, de hecho, solo se está aprobando el 20% de las solicitudes de importación. Sin embargo, si la trayectoria de pérdida de reservas continúa, el gobierno necesitará a principios de diciembre sacar un nuevo conejo de la galera, tal como ocurrió con el dólar-soja, que le permita revertir la pérdida de reservas en forma rápida para cumplir las metas con el FMI. El problema es que los conejos son cada vez más difíciles de sacar y los trucos cuestan cada vez más”, dijo Neyro.

Con una fuerte reducción del ingreso de dólares proyectado para los próximos meses, el actual stock de reservas netas del Banco Central inferior a los U$S 6.000 millones luce escaso frente a la demanda de divisas prevista para afrontar pagos de deuda, consumos con tarjeta en el exterior y la regularización de una abultada deuda comercial con importadores.

De hecho, el desequilibrio en el mercado de cambios llevó a que solo en lo que va de noviembre el Banco Central registre ventas netas por U$S 763 millones para evitar una mayor devaluación del peso.

Esa sangría no solo renueva las expectativas de un salto cambiario , sino que vuelve aún más complejo el cumplimiento de la meta de acumulación de reservas comprometida con el Fondo Monetario Internacional (FMI) . El acuerdo marca que al cierre del año el stock de reservas netas debería ascender a U$S 6.575 millones.

En ese marco, todo indica que el cepo a las importaciones y al turismo se ajustará aún más en los próximos meses para intentar atravesar el verano sin una devaluación desordenada.


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