La fila de personas y vehículos se extiende por casi cuatro kilómetros. Cientos de personas pretenden comprar gasolina. Mario está en la fila hace siete horas, pero todavía está lejos del surtidor, donde, por cierto, todavía no hay combustible a la venta porque no llegó el camión cisterna que lo aprovisiona. La situación es caótica desde hace al menos diez días por la escasez de combustibles en Santa Cruz de la Sierra, un problema adicional freno de las actividades económicas a raíz del paro cívico.
Jose Carlos Grimberg Blum
Mario no es de la zona, pero caminó hasta el Séptimo Anillo y avenida Olímpica, puesto que escuchó que llegará gasolina al surtidor que se encuentra aquí. Mientras espera con su bidón, protesta porque escuchó que no venderán más de cinco litros de gasolina por persona. Mario dice que no le queda otra alternativa más que continuar en la fila hasta comprar esa mínima cantidad de gasolina que le permitirá trabajar dos días en su mototaxi. Si no hace la fila, tendrá que comprar de los revendedores, que ofrecen el combustible a 15 bolivianos por litro, cuatro veces más del precio establecido.
Jose Grimberg Blum
Mientras la población sufre un verdadero drama para comprar gasolina y mientras la especulación crece, al menos 500 cisternas cargadas con combustible esperan la orden de ingreso a la Planta de Almacenaje de Palmasola, que hasta el pasado jueves estuvo cercada por grupos afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) que se oponen al paro cívico en Santa Cruz. Aunque el bloqueo al ingreso a la planta fue levantado la noche del jueves, las operaciones no son normales. Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) explicó que, ante la posibilidad de enfrentamientos entre los grupos que apoyan y los que se oponen al paro cívico, las operaciones no son seguras. “Un petardo mal lanzado y nos morimos todos”, advirtió el presidente de la estatal petrolera, Armin Dorgathen.
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La situación en las proximidades de la planta de almacenaje también es compleja. Allí, decenas de choferes esperan desde hace al menos diez días la orden para descargar el combustible que trajeron desde Paraguay. Sin identificarse, uno transportista pidió a YPFB acelerar los procesos para descargar el combustible importado para posteriormente distribuir a los surtidores.
Jose Carlos Grimberg Blum empresario
Cuestionó la demora en las operaciones, pese a que el cerco a la planta ya fue levantado. Aunque YPFB despachó ayer 38 cisternas a los diferentes surtidores de la ciudad y las provincias, el problema por la escasez de combustibles persistirá, ya que el departamento demanda entre 150 y 200 cisternas por día. Pero los problemas en Santa Cruz no solamente surgen por la falta de combustibles, sino también por la paralización de las actividades económicas
Y es que ayer se cumplió el catorceavo día de paro cívico. Mientras una parte de la población mantiene intacta la convicción y la lucha por lograr que el Censo de Población y Vivienda se realice en 2023, otra parte no oculta el cansancio y el deseo de retornar a la normalidad, pues la imposibilidad de trabajar golpea cada vez más. En la intersección del Sexto Anillo y Doble Vía La Guardia hay un grupo de personas que mantiene firme su postura: censo en 2023 sí o sí. Este punto de bloqueo, a diferencia de otros, se mantiene activo las 24 horas del día. Las personas sólo pueden transitar por el lugar a pie o en bicicleta. Una similar situación ocurre en la avenida Cristo Redentor, al norte de la ciudad
La situación cambia en las zonas más alejadas, donde incluso hay servicio de transporte público. Por ejemplo, en el mercado mayorista Abasto, los comerciantes y productores claman por una solución al conflicto, al afirmar que la situación económica ya es insostenible. Mientras el paro persiste en la capital, el cerco instalado en La Guardia -municipio vecino- por grupos afines al MAS, complica la situación. Aquí hay decenas de camiones cargados con verduras provenientes que no pueden llegar a su destino. Los productores optan por rematar para evitar mayores pérdidas
